No sólo lo grandes depredadores han dependido de sus dientes, todos los organismos toman la energía de los alimentos; de ahí que sea tan importante el proceso de la digestión. La primera fase comienza en nuestra boca y son nuestros dientes los responsables de trocear y triturar los alimentos facilitando así el trabajo de nuestro sistema digestivo.
La primera dentición, también llamada dientes de leche consta de 20 piezas que llegarán a ser 32 en la edad adulta.
Los dientes, según su forma y función, se dividen en 4 grupos: incisivos, caninos, premolares y molares.
Los incisivos tienen los bordes planos y afilados y se encargan de cortar los alimentos.
Los caninos o colmillos están diseñados especialmente para desgarrar y se encuentran más desarrollados en determinados animales.
Los premolares continúan con la función de desgarramiento iniciado por los caninos y comienzan a triturar la comida.
Por último, los molares acaban de triturar el alimento finalizando el proceso de masticación dejándolo listo para pasar al estómago.
En todo este proceso, la saliva, la lengua y los carillos contribuyen a preparar este alimento para su deglución.
¿Conoces cuáles son las partes de un diente? Muchas veces oímos hablar sobre la corona, la dentina o el hueso alveolar, si bien no sabemos exactamente de qué se trata.
Cada diente se divide en dos partes: la corona y la raíz unidas por el cuello dentario. Podemos diferenciar varias zonas:
- El esmalte es la capa visible, es muy dura y traslúcida y protege el diente.
- La dentina forma el cuerpo del diente y es sensible al frío y a los alimentos dulces y ácidos.
- La pulpa se encarga de nutrir al diente y está formada por vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas y, por lo tanto, es extremadamente sensible.
- El cemento que es el tejido que recubre las raíces
El mayor enemigo de nuestros dientes es la caries, una enfermedad infecciosa que afecta a los tejidos vivos de nuestros dientes provocando su deterioro. La caries comienza con la formación de la placa que es una película cargada de bacterias que se acumulan en los dientes nutriéndose de los azúcares de los alimentos que ingerimos. Cuando la placa se endurece se denomina sarro que además de ser muy antiestético, producir mal aliento y mal sabor de boca es el responsable de las enfermedades de las encías.
Contra estos enemigos el mejor ataque es una buena defensa y la prevención es nuestra mejor arma.
Para tener una buena salud bucodental no hay que abusar de alimentos azucarados sobre todo los de consistencia pegajosa. Otros hábitos como el alcohol y el tabaco también son desaconsejables y todo esto acompañado de una buena higiene basado en un correcto cepillado de los dientes, lengua y encías.
Los dentífricos y los enjuagues con flúor son excelentes aliados completado con el uso de seda dental y, por supuesto, las visitas periódicas a nuestro dentista que nos ayudará a mantener nuestros dientes fuertes y sanos.