La higiene dental es el factor principal para gozar de una salud oral adecuada. La principal herramienta de la higiene es el cepillado de dientes, pero la limpieza será incompleta si prescindimos del hilo dental.
Cuándo utilizarlo
¿Es mejor antes o después del cepillado? Da igual, lo imprescindible es utilizarlo. El hilo dental ayuda a eliminar bacterias y restos de alimentos de lugares donde el cepillo no llega o lo hace con dificultades. Aunque tampoco hay una hora estipulada a la que hacerlo, se recomienda que sea mínimo una vez al día, a ser posible antes de irse a dormir. Después de la cena ya tomamos alimentos hasta la mañana siguiente, por lo que si utilizamos la seda dental antes de ir a dormir, sus beneficios serán más duraderos.
Cómo usar adecuadamente el hilo dental
Es un accesorio muy sencillo de utilizar. Se corta entre unos 40 o 50 cm de hilo y se enrollan los extremos en un dedo de cada mano dejando 3 o 4 mm de longitud para utilizar.
Es necesario que el hilo este tenso y firme, y a continuación se introduce entre los espacios interdentales (huecos entre los dientes) y se mueve suavemente. Desde el espacio interdental hay que subirlo hasta que llegue al límite entre el diente y la encía, y cuando la toque, se curva el hilo apretándolo suavemente contra el diente. Este proceso se va repitiendo una y otra vez en los dientes con los trozos de hilo limpio cada vez.
De esta forma se consigue extraer los restos de alimentos y bacterias evitando así que se acumule placa en aquellos lugares donde el cepillo de dientes no llega.
Las primeras veces puede ocurrir que sangre un poco la encía, pero no hay que alarmarse. Seguramente sea porque se ha ejercido demasiada presión al llegar a la encía y por eso sangra. Con la práctica la técnica mejora y deja de ocurrir.